5 «A» – Dos cuentos de fútbol pendientes (análisis)

“Esperándolo a Tito” (Eduardo Saccheri)

Narrado en 1º persona protagonista (un amigo de Tito) = a través de él se expresa la agonía de la espera.

Empieza in medias res (en la mitad de la acción) y se hace un racconto (ida al pasado de la narración para reponer la historia acontecida antes del presente narrativo) para actualizar el presente conflictivo.

Personajes protagónicos: hombres “infantilizados”, detenidos en el ritual futbolero = juego de niños que rivalizan: “lo hacíamos desde pibes, desde los diez años” (p.21). El único que hace negocio (medio de vida) con eso es Tito (el que llega tarde)

Los adultos (los padres): contribuyen al ritual, protegen a los “niños” y fomentan su juego (ej. el “viejo de Pablo nos consiguió las camisetas”, ej. la madre de Tito que forma parte del simulacro de infarto simbolizando que “da su vida por el juego de los niños adultos”, ej. uno de los jugadores se llama “el bebé”)

El desafío: el fútbol visto como una “guerra santa”, lucha entre dos bandos y en uno se espera la llegada de un “mesías” (Tito)

“El relator” (Fabián Casas)

Narrado en 3º persona omnisciente, focalizado en el padre (en la última parte cambia la focalización y se centra uno de los hijos, el que lo acompaña a la cancha)

El protagonista es el padre que actúa como un “niño” (tiene berrinches, rompe cosas, desea, pide y no le conceden los pedidos) y los tres hijos funcionan como “padres” (inversión de los roles tradicionales). Precisamente, al final se lo sitúa en el lugar de “sujeto deseante” [sujeto incompleto] que pide una cosa absurda: “un camión de bomberos de verdad” (dimensión del juego disparatado de niños). El pedido del camión de bomberos puede ser pensado como un “deseo de tener la autoridad” (un lugar de hombre uniformado y respetable) y también el deseo de “sofocar la pasión de la hinchada” que está dentro suyo (aplacar el deseo o la ansiedad por el partido).

El padre es “un inválido” en el relato, porque tiene “sordera” y (cuando pierde los anteojos”) “ceguera”. Ambas “discapacidades” son “funcionales” (voluntarias en el padre: no oye lo que no quiere oír –caprichoso- y se queda ciego porque destroza sus anteojos por torpeza). También son funcionales al relato: si el padre no se “quedara ciego” no se podría contar el relato (el del hijo = el relator del partido)… Como si se tratara de una excusa del padre para generar un “desenlace de amor filial” (piénsese que el padre podría recurrir a la radio, no tiene necesidad de llevar un “relator” a la cancha…)… El padre “desea” el relato del hijo, una versión familiar… El fútbol como factor unitivo del padre-hijo.

Ambos relatos (“El relator” y “Esperándolo a Tito”)

-Manejan un registro oral (coloquial) = empleo de palabras y expresiones de uso cotidiano para acercar al lector y dar fuerza realista al relato.

-Tratan la espera de alguien (Tito) o de algo (la final de la Copa Libertadores) como algo trascendental.

-Tienen un final inconcluso (empieza el partido y se deja de contar) y alusivo (que sugiere lo mejor: en ambos se inicia el tan esperado partido, los personajes van derechito al arco a hacer el gol o les hacen penal y se corta la narración justo ahí…)

-Tratan el tema relaciones filiales “padres e hijos”

-Hay una idea de mesianismo en los personajes que recae sobre Tito y el Peque, en cada relato.

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